En este post les compartire un caso difícil de un paciente al que le implantamos cabello hace 6 meses. Lo considero así porque es un paciente joven, con cierto rechazo por los tratamientos farmacológicos, con poco cabello donador y una herencia muy fuerte de calvicie.
Debido a estos cuatro factores decidimos hacerle un diseño conservador; es decir, de frente amplia. Un diseño de este tipo requiere de menos de injertos y en el caso de que se quede mas calvo de otras zonas su cabello implantado seguirá viéndose natural, como un patrón típico de alguien con la frente amplia que nunca fue calvo. Sin embargo, a pesar de ser un diseño conservador se resolvió la falta de un marco para su rostro y el verse avejentada. Lo anterior sumando a una nueva densidad muy en armonia con el resto de su cabello hacen que su cabello dejen de ser una distracción.
Ahora, si por el contrario hubiéramos bajamos demasiado la línea frontal de cabello, se habría comprometido tanto al paciente como a su zona donadora, pues mantener una frente pequeña exige, a su vez, una mayor cantidad de injertos, así como un variado número de procedimientos y, por ende, un mayor costo. Por lo tanto, y de manera contundente puedo decir, que si el paciente logra primero que nada, estabilizar su pérdida capilar diaria, no existirá problema alguno en bajar su línea de cabello durante una segunda intervención.
